Los primeros pasos de tus hijos deben ir acompañados de los zapatos adecuados. Te damos unos tips para tener en cuenta en la compra.
Los primeros pasos deben ir acompañados de un buen par de zapatos que protejan el pie y den estabilidad, brindándole seguridad al pequeño. Descubre cuándo debe empezar a usarlos y cuál es el ideal.
Cuando el bebé comienza a caminar, usa la punta de los pies y lo hace mejor descalzo; las medias, e incluso los zapatos, pueden dificultar el proceso. Sin embargo, es adecuado acostumbrar al pequeño a sentirse cómodo y familiarizarse con tan importante prenda de vestir, sobre todo fuera de casa, donde las superficies pueden ser frías o tener objetos filosos.
Anteriormente, los médicos ortopedistas recomendaban un zapato tipo botín hecho de materiales gruesos como el cuero para dar firmeza a los tobillos del bebé. En la actualidad, los profesionales coinciden en que los zapatos se deben ir cambiando de acuerdo con las características y edad del niño, ajustándose a las necesidades de su desarrollo. Por lo tanto, los tan recomendados botines pasaron al olvido; proporcionaban rigidez, dificultando los movimientos y la flexibilidad del pie.
La energía que desbordan los bebés a esta edad es inevitable, las piernas se ponen más fuertes y les gusta mantenerse de pie mientras lo sostienen o se apoya en los muebles, pues aún no tienen el equilibrio para pararse y caminar por sí mismos grandes distancias. La doctora Astrid Medina Cañón, especialista en Ortopedia Infantil, recomienda a los padres asegurarse de encontrar un zapato que se adapte a la etapa de desarrollo del niño. “Es importante que le proporcione firmeza, pero que sea liviano; por ejemplo, los de tela”, sugiere la especialista.
Por otro lado, cuando el bebé comienza a sostenerse solo y se aventura a dar uno que otro paso, el zapato debe cambiar su característica. “En este caso, un zapato un poco más duro en la suela, pero igual, liviano y flexible, ya no de tela”, agrega la ortopedista.
Es importante evitar los puntiagudos, apretados o muy flojos, tener en cuenta aquellos que se adapten fácilmente y que sean un centímetro más grandes con respecto al pie del bebé. Los especialistas recomiendan revisar constantemente el tamaño para impedir que vayan quedando justos o pequeños.
Consejos para la compra
La hora adecuada es en la tarde; en este momento, el pie está más dilatado.
Cuando el bebé comienza a gatear, es importante que sean muy ligeros, con la suela blanda.
Cuando le pruebe los zapatos al bebé, póngale unas medias gruesas para que el zapato ajuste bien.
El pie del bebé debe quedar suelto y cómodo.
Una vez calce al pequeño, póngalo de pie y asegúrese de que no hay molestia en la punta de los pies, presionando las puntas de los zapatos con sus dedos.
Por lo menos 1,5 centímetros de distancia entre la punta de los dedos del pequeño y el borde interior del zapato.
Observe que el modelo sea hecho con materiales transpirables, bien aireados, para evitar los hongos.
La suela del zapato debe ser antideslizante.
Con los dedos, trate de sentir el arco del bebé y la parte ancha del zapato y cerciórese de que no hay molestia. De lo contrario, pruebe otro número u otro modelo.
No debe haber espacio entre el arco y el empeine del pie del bebé; tampoco debe estar muy apretado.
Tenga en cuenta que los niños crecen rápidamente; es preciso, entonces, asegurarse constantemente de lo justo que pueden ir quedando los zapatos para evitar que vayan resultando muy apretados; esto podría deformar el pie del pequeño y causarle molestia. Una señal es la dificultad a la hora de calzarlo.
Bríndele a su hijo pasos seguros desde bebé. Encontrar el zapato adecuado facilitará el desarrollo sano en el crecimiento de sus pies.
La hora adecuada es en la tarde; en este momento, el pie está más dilatado.
Tomado de: ABC del Bebé
www.abcdelbebe.com